Pegamos las naricillas al cristal del escaparate y allí estaban, en un sitio de honor.
Detrás de la vitrina de las joyas de papel. En la mesa, junto a la antigua máquina de escribir, donde se acababa de teclear:
My friend
There was once a very lovely,
Había pasado sólo un día y ya les echaba de menos.
Nos habían acompañado las últimas tardes. Con tijeras y plegadera, escuchando boleros, habíamos cantado...si Dios me quita la vidaaaa, antes que a tiiiiiiiiiiiiii.
Les había dicho adiós después de oír "hijitos despediros de mamá" y recordaba, como había recortado cada pétalo, con la delicadeza que se cortan por primera vez las uñas a un bebé.
Se que es el mejor sitio donde pueden estar porque, en ese rincón único y en esa tienda única, están esperando a que alguien sienta que es el momento de escribir una frase que regalar, un acontecimiento que anunciar o guardar la foto de un pie pequeñín al lado de las palabras de Amalia Bautista: "...sus dedos...diminutos, tienen la suavidad de los guisantes".
Esta vez no entramos a saludar a la tendera, estaba liada, tenía una toalla enrrollada en la cabeza. Sentada en la ventana, tocaba la guitarra y cantaba a la luna.
... very frightened youthful girl. She lived alone except for a nameless cat red mouse”.
Siiiii......Lo ves?...."Cuanta DELICADEZA".
ResponderEliminarPreciosos,originales,sutiles y.....DELICADOS.
A que te encargo otro??
Esa cabeza ( y ese corazón) valen un tesoro.
Bonito post!
En cualquier momento preparamos más, me cuentas tu idea y yo te la pongo en un sobre,. Gracias Sonia por tenerte tan cerca en este nuevo proyecto.
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